Sábado 2 de julio… faltan 38.
«No fue culpa del chelo. No debí comprarlo. Ahora estaba desempleado. En muchos sentidos, ese chelo había sido demasiado para mi. ¡Gracias! Adiós.
Ese fue el momento de mi gran cambio. Pero extrañamente vender el chelo fue un alivio. Me sentí libre de las ataduras de tanto tiempo. Lo que siempre había considerado mi sueño, tal vez no lo era después de todo.»
Violines en el cielo, 2008.
Hoy vimos una película sensacional en todos los sentidos, el tema, la música, el mensaje… wow, ¡me encantó!
Esto me llevó a muchísimas reflexiones, la primera es justo la que encierra el texto (que escribí al inicio de esta entrada); saber que a veces nos aferramos tantísimo a un sueño, para después darnos cuenta que igual y no lo era tanto… definitivamente yo me encuentro en esa búsqueda incesante de saber cuál es esa misión que tengo que desempeñar en mi vida… saber que tengo que desapegarme de lo que pienso era mi sueño, o aceptar que esta realidad es el verdadero objetivo que tengo que cumplir… no lo sé, lo que es cierto, es que cuando sabemos con precisión hacia donde nos queremos dirigir, es mucho más fácil y es claro que nada ni nadie nos impedirán lograrlo… sin embargo ¿de verdad tengo claro hacia a dónde quiero ir, ¿qué quiero lograr?… ¿qué será, qué será?
Otra reflexión importante, es saber que al final no importa si somos católicos, judíos, cristianos, musulmanes, budistas, todos llegamos y nos vamos igual… lo único seguro después de nacer… es la muerte. Tal y como lo plantea la película: «… no importa lo que sean, católicos, judíos, cristianos, musulmanes, budistas, todos nos morimos… a todos preparamos».
Al final del día, me llevé otra grata sorpresa, con mi amiga que nos prestó la película, tuvimos una bella conversación, resultando de esta la gran lección de la vida: tooodos podemos ser amigos, no importa si somos católicos, judíos, cristianos, musulmanes, budistas… gracias a mi amiga testigo de jehová, gracias por el respeto, la tolerancia y el aprendizaje… qué lamentable es que la mayoría de los conflictos mundiales, sea por la carencia de estos valores y más aun que el corazón de ellos sea el no aceptar las diferentes creencias y las diversas religiones.
Otra lección importante y que va muy de la mano con todo lo anterior es «dar nuestro salto de fé», estoy leyendo el libro «Hermano Rico, Hermana Rica» de Emi y Robert Kiyosaki (sí, el mismo de «Padre Rico, Padre Pobre») es un libro que me tiene verdaderamente «atrapada», precisamente porque habla de encontrar ese equilibrio entre la búsqueda de lo espiritual y lo material… y una parte que me llegó mucho es justamente ésta, la de «dar nuestro salto de fé», es algo así como el dicho que dice: «no se puede brincar un abismo de dos saltos»… es algo así, como… lo hacemos o mejor ni lo intentes… el animarnos a dejarlo todo, incluida por supuesto nuestra gloriosa zona de confort .
Dar un salto de fe significa que no tendrás todas las respuestas. A algunas personas este les causa miedo. Sin embargo, lo que en verdad debe atemorizarnos es encontrarnos con gente que cree que posee todas las respuestas.
El salto de fe del que nos hablan los Kiyosaki, es justamente animarnos a dar los pasos necesarios hacia nuestra verdadera misión en la vida, y si estamos en el camino adecuado Dios, la vida, el universo o como le queramos llamar, nos darán las señales de que lo estamos haciendo bien… y si no es así, entonces debemos animarnos a cambiar nuevamente el camino o quedarnos estancados otra vez.
Tal como lo dice Robert Kiyosaki «Esta idea era emocionante y viable. Se trataba de confiar en Dios y dar un salto de fe.»
Como lo he dicho desde que inicié este blog… estoy en esa búsqueda, en la búsqueda de mi historia de éxito, el éxito que encontraré al realizar mi misión en la vida… no es fácil, pero lo que más me mueve es dar ese salto de fe.
Por cierto hoy también aprendí un nuevo término pin up, maquillaje y peinados pin up… creo que ya sé qué estilo quiero tomar para el siguiente ciclo que quiero iniciar.
SaramariaMR 
Posted on 11 julio, 2011
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